El mundo del alquiler de viviendas puede resultar complejo y generar muchas dudas, especialmente cuando se trata de los gastos y responsabilidades que recaen sobre el inquilino. Es importante tener conocimiento de tus derechos y de las últimas modificaciones en la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) para evitar sorpresas desagradables. En este artículo te explicaré de manera sencilla y clara algunos aspectos clave relacionados con los gastos generales, la renta y el pago de los mismos. ¡Prepárate para convertirte en un inquilino informado!
Gastos generales y responsabilidades
La Ley de Arrendamientos Urbanos establece que los gastos generales para el adecuado sostenimiento del inmueble, sus servicios, tributos, cargas y responsabilidades pueden ser pactados entre el arrendador y el arrendatario. Sin embargo, es importante que estos acuerdos se realicen por escrito y especifiquen claramente el importe anual de dichos gastos al momento de firmar el contrato.
En edificios en régimen de propiedad horizontal, los gastos correspondientes a la finca arrendada se distribuirán en función de la cuota de participación de cada vivienda. Mientras tanto, en edificios sin régimen de propiedad horizontal, los gastos se asignarán en base a la superficie de la vivienda arrendada.
En caso de que la finca arrendada cuente con servicios individualizados mediante aparatos contadores, los gastos derivados de dichos servicios siempre serán responsabilidad del arrendatario. Es decir, deberás hacerte cargo de estos gastos en tu factura correspondiente.
Adiós a la carga de los honorarios de agencia
Es fundamental tener en cuenta que los gastos de gestión inmobiliaria y los de formalización del contrato serán siempre responsabilidad del arrendador, ya sea una persona física o jurídica. Esto significa que no deberás asumir estos costos adicionales al momento de alquilar una vivienda.
Hasta ahora, los propietarios tenían la libertad de cargar a los inquilinos con la comisión de la agencia inmobiliaria al momento de alquilar una vivienda. Sin embargo, gracias a la nueva Ley de Vivienda (Ley 12/2023, de 24 de mayo), esta situación ha cambiado. La nueva norma establece de manera clara que los gastos de gestión inmobiliaria y los de formalización del contrato deben ser asumidos por el arrendador, es decir, por el propietario. Esto significa que los inquilinos quedan liberados de este gasto inicial, lo cual supone un alivio para aquellos que buscan alquilar un piso.
Antes de esta modificación, en el mejor de los casos, un inquilino que alquilaba una vivienda gestionada por una agencia debía pagar tres mensualidades como desembolso inicial. Sin embargo, con la entrada en vigor de la nueva ley, el inquilino solo tendrá que pagar la fianza y el primer mes de alquiler. Este cambio reducirá significativamente la carga económica para los inquilinos al inicio del contrato de arrendamiento.
Pago de la renta
La forma de pago de la renta también ha experimentado cambios. Ahora, se establece que el pago debe realizarse a través de medios electrónicos, aunque existen excepciones para aquellos inquilinos que no dispongan de cuenta bancaria o acceso a medios electrónicos de pago. En estos casos, se podrá efectuar el pago en metálico y dentro de la vivienda arrendada.
Es importante destacar que el arrendador tiene la obligación de entregar un recibo de pago al arrendatario, donde se refleje la cantidad abonada y la fecha de pago. Este recibo puede ser entregado de forma física o electrónica, según lo acordado entre las partes.
Conclusiones
Como inquilino es fundamental conocer tus derechos y responsabilidades en materia de gastos y condiciones de alquiler. Mantener una comunicación clara y por escrito con el arrendador, así como contar con un contrato bien redactado, te ayudará a evitar sorpresas desagradables y conflictos futuros.
