La co-propiedad de una vivienda con la pareja es un paso importante en la vida de muchas personas. En este artículo, exploraremos cómo se determina la parte o porcentaje de propiedad de cada uno en un piso que se adquirió en conjunto. Destacaremos la importancia de los acuerdos iniciales y los pagos adicionales para garantizar una división justa y equitativa en caso de separación.
En la compra del piso que estoy adquiriendo con mi novio, contribuí con una cantidad mayor, aunque estamos compartiendo los gastos de la hipoteca a partes iguales. Ahora que nos separamos, ¿Cómo dividirlo justamente?
La pregunta de cómo se determina la parte o porcentaje de propiedad en un piso compartido con una pareja es un tema de interés común y que conlleva cierta complejidad.
Para entender este proceso, es esencial considerar el acuerdo inicial establecido en la escritura pública notarial que autorizó la compra de la vivienda. Este acuerdo, registrado oficialmente, establece las bases para la distribución de la propiedad entre los co-propietarios, independientemente de los pagos individuales o las contribuciones iniciales realizadas para la entrada.
Sin embargo, la complejidad surge cuando se consideran los pagos adicionales que uno de los miembros de la pareja puede haber efectuado durante el tiempo de convivencia. Aunque el acuerdo inicial es fundamental, no necesariamente anula posibles derechos de crédito que puedan haberse acumulado debido a estos pagos extras.
En otras palabras, si uno de los propietarios ha realizado pagos adicionales, como gastos de mantenimiento, mejoras en la propiedad o incluso contribuciones más sustanciales a la hipoteca a lo largo de la relación, estos pagos pueden generar derechos o reclamaciones adicionales en la división de la propiedad al separarse.
Para garantizar una división justa y equitativa, es recomendable considerar tanto el acuerdo inicial como las contribuciones financieras efectuadas a lo largo de la relación. Consultar a un abogado o profesional legal en este proceso se convierte en un paso fundamental, ya que pueden brindar orientación sobre cómo abordar este asunto de manera justa y, al mismo tiempo, cumplir con las disposiciones legales aplicables.
En resumen, la propiedad en un piso compartido se determina en gran medida por el acuerdo inicial registrado en la escritura notarial. Sin embargo, es esencial tener en cuenta las contribuciones financieras adicionales realizadas durante la convivencia, ya que pueden influir en la división de la propiedad al separarse.